El outsider
Después de mucho tiempo vuelvo a desempolvar este blog que inició como un trabajo universitario, que abandoné un año y medio por estudios, y volví a abandonar por un viaje al país de la vinotinto (conociendo un lugar hermoso con una realidad muy jodida) del que regresé hace poco más de un mes, y entre actualizaciones de las noticias, las cobardías presidenciales en Tía María, los chongos de la pareja presidencial, pelotudeces futboleras, el cinismo odioso del mudo ratañuela y la reincorporación a mis actividades habituales, estaba pensando con qué tema volver, pues ya lo decidí.
Es un acontecimiento que tiene meditabunda a toda la población pese a que estamos a un año de que suceda, los medios de comunicación ya están produciendo noticias sobre el tema y los opinólogos están presentando sus pronósticos.
Estoy hablando, claro está, de las próximas elecciones presidenciales a realizarse en el 2016. Como siempre se espera una campaña limpia, buenasmentiras propuestas, respeto a las ideologías, etcétera.
Pero el problema viene cuando vemos el abanico de candidatos que ya se están perfilando como potenciales elegidos, algunos que ya confirmaron su candidatura y otros que,según dicen, lo están pensando.
La última encuesta urbana realizada por GFK, publicada en el diario La República el domingo 28 de junio, nos da tres nombres conocidos para los primeros puestos en los comicios generales del próximo año: Keiko Fujimori (30%) Pedro Pablo Kuczynski (14%) y Alan García (10%), inmediatamente detrás de ellos está un muy resignado Alejandro Toledo con un paupérrimo 3%. El resto de la lista ya es casi intrascendente porque los resultados son obvios, pero para efectos de este post, los mencionaré: Mauricio Diez Canseco (3%), Daniel Figurresti (3%), Humberto Lay (2%) y César Acuña (2%).
Lo curioso -y a la vez alarmante- en este panorama son los sobrantes en esta encuesta, es decir, el voto por otros (7%), en blanco o viciado (17%) y el infaltable NS/NO (9%) que en suma hacen un 33%, superando por 3 puntos porcentuales a la ganadora en esta encuesta.
Esta cifra revela dos cosas: decepción y esperanza. Decepción de la política peruana -o mejor dicho de los políticos peruanos- y la esperanza de que alguien diferente, con otros valores y principios, llegue a postular, lo que haría de él, el futuro presidente de nuestro país. Este panorama es el perfecto para que paresca un outsider (una persona nueva en la política que alcanza un puesto de poder). Mucho se ha hablado de uno en los últimos meses y la población ya debe estar acostumbrada a esta expresión (conozca su significado o no).
Y es que a la realidad de los hechos, en el Perú ya no podemos hablar de un país con partidos políticos sólidos, la moda actual son las agrupaciones políticas (que pueden ser tránsfugas refugiados, movimientos regionales, agrupaciones minoritarias, rezagos de partidos políticos, etc.) que surgen constantemente, de hecho, en los últimos 3 meses han aparecido tres nuevas (de hecho dos se lanzaron el mismo día).
El panorama político de nuestro país sólo muestra reliquias para un museo de historia, son pocas las nuevas propuestas, y -como es típico en el peruano-, como no los conocen, simplemente no confían. Ya han venido manifestando diferentes opinólogos y analistas políticos de que es tiempo de practicar las palabras de Manuel González Prada y enviar los jóvenes a la obra y los viejos a la tumba.
Pero... quién es esa propuesta joven, conocida, con acogida, con buenas propuestas (probablemente de izquierda como es la tendencia electoral en el Perú como país latinoamericano), que logre una identificación con el pueblo y con poder de convencimiento para generar en el Perú, que aun padece los estragos de las últimas dos décadas del siglo pasado (terrorismo, inflación, temor político, etc.), la confianza necesaria para decirle que puede conducir el país por 5 años -terminando en el bicentenario de la independencia.
Mencionar a Lourdes Flores es en vano, seguirá siendo la eterna candidata (además que pertenece a la colección para un museo de historia de la política peruana y que está guardando un prolongado silencio político); Nadine Heredia es la gran decepción del país (además que está inhabilitada constitucionalmente); Gastón Acurio es bueno como chef y -aunque muchos lo quisieran- es contundente al decir que no postulará; Verónika Mendoza (mi opción ideal), necesita un poco más de experiencia en la política como parlamentaria -pese a que es la que más se acerca a la población-; y así podríamos seguir mencionando nombres conocidos.
Solo recordemos que en las elecciones del 90 se enfrentaron dos outsider en segunda vuelta, el escritor Mario Vargas Llosa y el ingeniero Alberto Fujimori Fujimori, ambos desconocidos como políticos hasta ese momento, y el panorama es casi igual: en esa época estaba el terrorismo, hoy tenemos inseguridad ciudadana; había inflación, hoy hay mayores índices de pobreza (viéndola desde la problemática de la desigualdad); quizás lo único diferente es el avance tecnológico y el agregado de "inclusión social" al discurso político.
Como dicen los analistas, todavía es muy temprano para hablar de triunfos en las elecciones del próximo año, recién en diciembre tendremos un pronóstico más sólido, pero este tiempo también de opción a que aparezca el outsider que puede enamorarnos vendiendo humo o puede llevarnos a un bicentenario glorioso.
Es un acontecimiento que tiene meditabunda a toda la población pese a que estamos a un año de que suceda, los medios de comunicación ya están produciendo noticias sobre el tema y los opinólogos están presentando sus pronósticos.
Estoy hablando, claro está, de las próximas elecciones presidenciales a realizarse en el 2016. Como siempre se espera una campaña limpia, buenas
Pero el problema viene cuando vemos el abanico de candidatos que ya se están perfilando como potenciales elegidos, algunos que ya confirmaron su candidatura y otros que,
La última encuesta urbana realizada por GFK, publicada en el diario La República el domingo 28 de junio, nos da tres nombres conocidos para los primeros puestos en los comicios generales del próximo año: Keiko Fujimori (30%) Pedro Pablo Kuczynski (14%) y Alan García (10%), inmediatamente detrás de ellos está un muy resignado Alejandro Toledo con un paupérrimo 3%. El resto de la lista ya es casi intrascendente porque los resultados son obvios, pero para efectos de este post, los mencionaré: Mauricio Diez Canseco (3%), Daniel Figurresti (3%), Humberto Lay (2%) y César Acuña (2%).
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Fuente: La República |
Lo curioso -y a la vez alarmante- en este panorama son los sobrantes en esta encuesta, es decir, el voto por otros (7%), en blanco o viciado (17%) y el infaltable NS/NO (9%) que en suma hacen un 33%, superando por 3 puntos porcentuales a la ganadora en esta encuesta.
Esta cifra revela dos cosas: decepción y esperanza. Decepción de la política peruana -o mejor dicho de los políticos peruanos- y la esperanza de que alguien diferente, con otros valores y principios, llegue a postular, lo que haría de él, el futuro presidente de nuestro país. Este panorama es el perfecto para que paresca un outsider (una persona nueva en la política que alcanza un puesto de poder). Mucho se ha hablado de uno en los últimos meses y la población ya debe estar acostumbrada a esta expresión (conozca su significado o no).
Y es que a la realidad de los hechos, en el Perú ya no podemos hablar de un país con partidos políticos sólidos, la moda actual son las agrupaciones políticas (que pueden ser tránsfugas refugiados, movimientos regionales, agrupaciones minoritarias, rezagos de partidos políticos, etc.) que surgen constantemente, de hecho, en los últimos 3 meses han aparecido tres nuevas (de hecho dos se lanzaron el mismo día).
El panorama político de nuestro país sólo muestra reliquias para un museo de historia, son pocas las nuevas propuestas, y -como es típico en el peruano-, como no los conocen, simplemente no confían. Ya han venido manifestando diferentes opinólogos y analistas políticos de que es tiempo de practicar las palabras de Manuel González Prada y enviar los jóvenes a la obra y los viejos a la tumba.
Pero... quién es esa propuesta joven, conocida, con acogida, con buenas propuestas (probablemente de izquierda como es la tendencia electoral en el Perú como país latinoamericano), que logre una identificación con el pueblo y con poder de convencimiento para generar en el Perú, que aun padece los estragos de las últimas dos décadas del siglo pasado (terrorismo, inflación, temor político, etc.), la confianza necesaria para decirle que puede conducir el país por 5 años -terminando en el bicentenario de la independencia.
Mencionar a Lourdes Flores es en vano, seguirá siendo la eterna candidata (además que pertenece a la colección para un museo de historia de la política peruana y que está guardando un prolongado silencio político); Nadine Heredia es la gran decepción del país (además que está inhabilitada constitucionalmente); Gastón Acurio es bueno como chef y -aunque muchos lo quisieran- es contundente al decir que no postulará; Verónika Mendoza (mi opción ideal), necesita un poco más de experiencia en la política como parlamentaria -pese a que es la que más se acerca a la población-; y así podríamos seguir mencionando nombres conocidos.
Solo recordemos que en las elecciones del 90 se enfrentaron dos outsider en segunda vuelta, el escritor Mario Vargas Llosa y el ingeniero Alberto Fujimori Fujimori, ambos desconocidos como políticos hasta ese momento, y el panorama es casi igual: en esa época estaba el terrorismo, hoy tenemos inseguridad ciudadana; había inflación, hoy hay mayores índices de pobreza (viéndola desde la problemática de la desigualdad); quizás lo único diferente es el avance tecnológico y el agregado de "inclusión social" al discurso político.
Como dicen los analistas, todavía es muy temprano para hablar de triunfos en las elecciones del próximo año, recién en diciembre tendremos un pronóstico más sólido, pero este tiempo también de opción a que aparezca el outsider que puede enamorarnos vendiendo humo o puede llevarnos a un bicentenario glorioso.
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