El río que habló




Hasta ayer, la mayoría de limeños pensaban que la obra "Vía parque Rímac" era uno de los trabajos que salvarían a la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, de la revocatoria que está cada vez más cerca. Pero nadie contaba con que la furia de la naturaleza desfogara sus fuerzas sobre este osado proyecto.
 
La obra que empezó en enero de este año fue suspendida por un acontecimiento conocido por todos los limeños, el incremento del caudal del río Rímac.

El gerente de inversión privada de la Municipalidad de Lima, Domingo Arzubialde, aseguró que la suspención del proyecto por la inundación estaba prevista y que la empresa OAS (responsable de la obra) asumirá todos los gastos por este percance.

Si bien la empresa tenía programada la paralización de la obra por tres meses debido a la subida del río, no había previsto la fuerza que este cobraría con el aumento de las lluvias, típica en esta época del año.

Ante los reclamos de la prensa, la Municipalidad de Lima ha deribado la responsabilidad social a la empresa Línea Amarilla S.A.C. (LAMSAC), encargada de la ejecución del poyecto -cuyo principal accionista es OAS- lavándose las manos del gran gasto que significaría el desborde del río.

Este suceso fue vaticinado por casi todos los limeños que conocen la geografía de nuestra capital; pero a pesar de eso, la alcaldesa mantuvo firme su posición de seguir con la obra, anunciando el gran beneficio que traería a la población.

Ahora ¿Dónde está ese beneficio? ¿Qué dice ahora la Municipalidad de Lima, que usaba este proyecto como bandera? ¿Qué acciones ha tomado la alcaldesa? Las reacciones son obvias y caen por su propio peso.

La empresa LAMSAC sigue diciendo que este desborde estaba dentro de lo programado, esperemos que la cantidad de muros derrumbados, el material que se perdió y la maquinaria para arreglar este problema también esté dentro de lo planeado.

Los beneficios que traería "Vía Parque Rímac" son indiscutibles, la idea es buena pero el trabajo es cuestionable (como casi todas las obras de este gobierno municipal). Se sabe que el proyecto está aprobado y tiene su estudio de impacto ambiental bien elaborado, sin embargo, parece que el río Rímac no quiere que reten su furia.

En abril sabremos si realmente el desborde estaba proyectado y la obra continúa según lo programado, esperemos que el río hablador sea bueno y conceda a la alcaldesa un voto a su favor, mostrándose más amable con su gran obra bandera.

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